Uno de los elementos más importantes en la economía, no solo de país sino también de hogar, es el saber ¿cómo gastar eficientemente los recursos financieros con que se cuenta? Existe una premisa que establece que el gobierno no genera por si solo riqueza, sino que la riqueza se genera mediante el trabajo constante de la iniciativa privada que, con la finalidad de producir riqueza al mismo tiempo produce excedentes, utilidades o ganancias, las cuales son sujetas luego a el cobro de impuestos, los cuales se convierten en el combustible para el funcionamiento del aparato estatal.
Partiendo de este proceso básico, la pregunta es: ¿De qué manera el estado gasta o invierte los recursos que obtiene de nuestros impuestos?, o ¿Por qué nunca alcanza el dinero para cubrir el Presupuesto General de la Nación?, la respuesta obvia es que los políticos no están interesados ni mucho menos están en la capacidad para priorizar el gasto, porque asumen que el dinero llegara en grandes cantidades y no importa el futuro sino solamente el presente.
Aunque Guatemala no ha alcanzado el 40% del endeudamiento respecto al PIB, eso no quiere decir que podemos seguir en la bonanza del préstamo desmesurado a las instituciones financieras internacionales, la propuesta más coherente es impulsar un programa de austeridad y enfocarse en los problemas con mayor urgencia para resolver, aumentar las garantías para la inversión tanto extranjera como de capital nacional, incentivar la productividad y la apertura de pequeñas y medianas empresas, con apoyo institucional para generar más empleos. Esto, tomando en cuenta el apoyo a los programas educativos y de prevención de enfermedades y obviamente general un clima de confianza que incluya el combate a la delincuencia en todas sus manifestaciones.
Partiendo de este proceso básico, la pregunta es: ¿De qué manera el estado gasta o invierte los recursos que obtiene de nuestros impuestos?, o ¿Por qué nunca alcanza el dinero para cubrir el Presupuesto General de la Nación?, la respuesta obvia es que los políticos no están interesados ni mucho menos están en la capacidad para priorizar el gasto, porque asumen que el dinero llegara en grandes cantidades y no importa el futuro sino solamente el presente.
Aunque Guatemala no ha alcanzado el 40% del endeudamiento respecto al PIB, eso no quiere decir que podemos seguir en la bonanza del préstamo desmesurado a las instituciones financieras internacionales, la propuesta más coherente es impulsar un programa de austeridad y enfocarse en los problemas con mayor urgencia para resolver, aumentar las garantías para la inversión tanto extranjera como de capital nacional, incentivar la productividad y la apertura de pequeñas y medianas empresas, con apoyo institucional para generar más empleos. Esto, tomando en cuenta el apoyo a los programas educativos y de prevención de enfermedades y obviamente general un clima de confianza que incluya el combate a la delincuencia en todas sus manifestaciones.